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Los brazos oscilantes de suspensión son bastante robustos y habitualmente no se rompen. Sin embargo, con el cojinete de la espoleta, la goma se vuelve porosa con el paso del tiempo y ya no puede mantener la rueda en contacto con la superficie. Si notas que la dirección se vuelve esponjosa, se producen ruidos extraños durante la conducción o los neumáticos se desgastan de forma irregular, puede ser necesario cambiar el brazo de suspensión.
La espoleta de suspensión o el brazo oscilante de suspensión es una pieza metálica sólida que conecta el soporte de la rueda con la carrocería del vehículo. Su tarea es equilibrar las fuerzas que actúan horizontalmente en las ruedas y proporcionar estabilidad durante la frenada y la aceleración. El nombre de brazo de suspensión se debe a la la dirección de instalación del componente, que es transversal a la dirección de desplazamiento. Detrás de la rueda delantera se instalan varios trapecios y otros brazos de control, que juntos guían la rueda. Los brazos oscilantes de suspensión están firmemente conectados a la espoleta. Sin embargo, como los cojinetes son de goma, el brazo oscilante tiene una cierta cantidad de juego horizontal y vertical.
Mientras no se haya producido un accidente con el coche o no se presenten oxidaciones, normalmente no se producen daños en el brazo de suspensión. La mayoría de las veces los cojinetes de los espoletas son el problema ya que las cubiertas de goma sufren las influencias externas y el envejecimiento, se vuelven quebradizas, se agrietan o pierden elasticidad. Como consecuencia, la rueda delantera ya no hace buen contacto con la superficie y se debe proceder al cambio de la barra oscilante de suspensión.
El brazo de suspensión está expuesto a la humedad y a la suciedad, además de a una gran tensión mecánica durante la frenada y la aceleración. Mientras el brazo oscilante de suspensión en sí solo se puede romper cuando se aplica una gran "fuerza", por ejemplo, en el curso de un accidente, por su parte, los rodamientos son mucho más fáciles de averiarse. Su funcionalidad se ve afectada por el envejecimiento y el desgaste, ya que la goma de los cojinetes de los espoletas se vuelve porosa. Como resultado, el brazo de suspensión del eje ya no puede sujetar la rueda con seguridad a la superficie y la rueda delantera tiene un juego indeseable (se gasta). Los siguientes síntomas muestran un brazo de suspensión roto:
En principio es posible seguir conduciendo con un brazo de suspensión averiado, pero existe un cierto riesgo de seguridad. Además, una avería no tratada a tiempo puede derivar en otros gastos más costosos, por ejemplo, en el amortiguador o en los neumáticos. Por lo tanto, es aconsejable visitar un taller lo antes posible en caso de que haya una avería.
Si te gusta trabajar en el coche, es relativamente fácil cambiar el brazo de suspensión. Eso sí, necesitarás una plataforma de elevación y el equipo apropiado.
Equipamiento
Consideraciones
Instrucciones
Si solo son los bujes del brazo oscilante los que están defectuosos, solo deberás cambiar estos:
Al final del trabajo no hay que olvidar la alineación de la rueda. Esta solo se puede hacer en un taller.
Atención: solo se recomienda el cambio de los bujes o de los cojinetes de la barra de suspensión si eres tú el que hace la reparación. Si vas a un taller, se suele cambiar toda la pieza y no solo los cojinetes y los costes aumentan. En un taller multimarca se te cobrará entre 150 y 250 euros por el cambio. Además de eso, cuenta con unos 40 a 80 euros como coste de la barra de suspensión. Pero como siempre hay que las barras de oscilamiento de ambos lados, los costos se duplican, de modo que se colocan entre 380 y 660 euros.
Proceder uno mismo a hacer sustitución de los rodamientos del trapecio es muy complicado, porque se necesita al menos una herramienta especial para presionar el rodamiento del trapecio sobre el trapecio. Sin embargo, reemplazar la espoleta en su conjunto es más simple. Eso sí, cualquier reparación deberá ser realizada por parte de profesionales de la mecánica.
Una barra de suspensión nueva cuesta entre 40 y 80 euros, más la mano de obra del taller que se coloca entre 150 y 250 euros. Se recomienda cambiar los brazos de suspensión de ambos lados y, por tanto, los costes se duplican.
Los brazos de suspensión son bastante robustos y normalmente no se rompen (excepto en caso de accidentes). Mucho más sensibles son los cojinetes de las espoletas, cuya goma se vuelve porosa con el tiempo. Esto significa que la barra oscilante o brazo de suspensión ya no puede sujetar la rueda delantera a la superficie. Como consecuencia el vehículo ya no maniobra correctamente sobre la pista y puede salirse fácilmente. Además la dirección se vuelve esponjosa, cruje o traquetea mientras conduce, y los neumáticos se desgastan con fuerza y de manera desigual y chirrían.
Sí, puedes cambiar la espoleta tú mismo, pero como es un componente relevante para la seguridad, es mejor que sea reemplazado por personal cualificado. Además, se necesitan herramientas especiales y una plataforma elevadora.
Si la barra oscilante de suspensión ya no funciona correctamente, el vehículo ya no puede circular correctamente sobre la superficie, la dirección se vuelve esponjosa, cruje y/o traquetea durante la conducción y los neumáticos se desgastan con fuerza y de forma irregular, además de chirriar.
Sí, todavía puedes conducir con un brazo de suspensión defectuoso, pero debes visitar un taller lo antes posible. Por un lado, una barra oscilante significa un cierto riesgo de seguridad y, por el otro, existe el riesgo de que se produzcan otros gastos cuantiosos en otros elementos del coche.
Levanta el vehículo y mueve el volante. Si hay demasiado juego, probablemente pasa algo con la barra oscilante de suspensión. Sin embargo, si la rueda tiene juego, el fallo también puede deberse al cojinete del puntal o a la barra de acoplamiento.