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Los inyectores o boquillas de inyección aseguran la relación correcta entre aire y combustible. Si están obstruidos, con fugas o averiados, no esperes y procede a limpiarlos. Si esto no ayuda, tendrás que cambiarlos. Por ello, te explicamos cómo limpiar el inyector del coche tú mismo y en el taller.
En principio, los motores de combustión interna pueden funcionar con dos sistemas de combustible diferentes. Mientras que antes se instalaba normalmente un carburador, los coches actuales suelen tener uno o más inyectores, también llamados boquillas de inyección. Los inyectores tienen la tarea de inyectar el combustible finamente atomizado directamente en el cilindro para asegurar una combustión eficiente y von bajas emisiones.
Los inyectores cuentan generalmente con un cuerpo de boquilla y una aguja de boquilla, ambos hechos de acero. En un sistema de inyección simple, uno o dos resortes de compresión del cuerpo de la boquilla empujan la aguja de la boquilla en la posición apropiada. Ahora el combustible también actúa sobre el sistema con una cierta presión y se crea una fuerza de elevación vertical. Si esta fuerza es mayor que la de los resortes de compresión, la aguja de la boquilla se empuja hacia arriba. A través de este movimiento el combustible puede ser inyectado en el motor. Cuando la presión baja, la boquilla se cierra de nuevo. La presión de apertura de la boquilla varía de un fabricante a otro y suele estar entre 115 y 300 bares. La presión máxima de inyección puede llegar a ser de hasta 2.700 bares, dependiendo del sistema y el régimen del motor.
Normalmente, no se necesita cambiar los inyectores de un coche a menos que tengan fugas o algún otro defecto. Si hay indicios de avería, primero se deberá limpiar los inyectores a fondo, ya que en algunos casos esto es suficiente para restablecer su funcionalidad. Si bien la limpieza (no profesional) puede realizarse con relativa facilidad, la sustitución de los inyectores debe ser realizada por personal profesional.
Si las boquillas de inyección ya no funcionan correctamente, notarás diferentes síntomas como consecuencia de unos inyectores sucios. Cada uno de estos síntomas puede indicar también una avería en otros componentes:
En cualquier caso, no deberías seguir conduciendo con tu coche durante mucho tiempo y, como mucho, hasta tu taller más próximo.
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En caso de que tengas sospechas de que los inyectores no van bien, lo primero que debes hacer es una simple limpieza, para la cual no se necesita ningún especialista. En muchos casos, con la limpieza es suficiente para que el inyector funcione correctamente. Para ello se debe verter un líquido especial en el depósito del vehículo, en el caso de los motores de gasolina debe ser un limpiador de inyectores (por ejemplo, este limpiador de inyectores de Liqui Moly) y en el caso de los vehículos diésel un limpia inyector diesel (por ejemplo, este aditivo limpia inyectores de Liqui Moly). La cantidad debe ajustarse a la cantidad máxima de combustible en el depósito del vehículo. Las soluciones cuestan entre 8 y 10 euros.
Para conseguir que el aditivo limpia inyector funcione, deberás conducir con tu coche para que el limpiador sea transportado a través del sistema. A más tardar cuando el depósito esté vacío y repostes, deberías notar una mejora. Sin embargo, si los síntomas continúan dándose, deberías llevar el coche al taller. Allí un especialista podrá revisar el inyector, limpiarlo profesionalmente en un baño de ultrasonidos o cambiarlo si es necesario.
Como el combustible sale de la línea a alta presión, existe el riesgo de que te quemes o incluso de que te envenenes (el chorro es tan fuerte que puede traspasar la piel y llegar al torrente sanguíneo). Por lo tanto, sólo los especialistas deben cambiar el inyector.
En el taller, primero se desmonta la línea de retorno del coche, se sustituye por una manguera y se conecta a las boquillas de inyección una a una. Luego se hace funcionar el motor de tres a cinco minutos en condiciones de frío y calor y luego se compara el flujo de retorno del fluido con el punto de ajuste. Si esta cantidad está por debajo del punto de ajuste, esto indica un inyector roto.
Después de determinar qué inyectores ya no funcionan correctamente, estos se pueden limpiar profesionalmente. Para ello se retiran y se limpian en un baño especial de ultrasonidos. Los costes ascienden a 30 a 60 euros por inyector. Además de esto, hay que contar con los costes de mano de obra del taller. La limpieza en sí misma lleva poco tiempo, pero para el desmontaje y el montaje hay que invertir de tres a seis horas (dependiendo del modelo de coche).
Si los inyectores tienen fugas o están irreparablemente rotos, deben ser reemplazados. El precio de un nuevo inyector depende del fabricante y está entre 50 y 300 euros. Debido a su alta calidad y durabilidad, recomendamos los inyectores de Bosch. La duración de la reparación, que suele tardar entre tres y seis horas, también depende del modelo de coche.
En el taller, se quita la cubierta del motor y los conductos de combustible para llegar a los inyectores. Luego se retiran los antiguos inyectores y se instalan los nuevos. Si no se pueden quitar fácilmente del casquillo, un poco de aceite puede ayudar. Durante este paso es importante que los inyectores rotos no se dañen. Si partes de los inyectores caen en el cilindro del motor, pueden causar más daños. En este caso habría que quitar toda la cabeza del cilindro, lo que puede ser muy caro.
Un inyector está diseñado para inyectar el combustible en forma de fina atomización directamente en el cilindro, asegurando así una combustión eficiente y de baja emisión.
Sí, el aditivo limpia inyectores (gasolina) y/o el limpiador de diesel cuestan entre 8 a 10 euros. Se vierte el líquido en el depósito y pasa por el sistema mientras se conduce. Sin embargo, si el inyector está demasiado sucio, el inyector debe ser limpiado profesionalmente.
Hay dificultades para arrancar, el motor no funciona bien o hace ruidos de golpeteo, el coche no tira o se apaga inesperadamente. También puede salir humo negro del tubo de escape.
Los inyectores pueden durar toda la vida de un coche, pero se puede contar con un kilometraje de unos 200.000 km.