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El sensor de temperatura del refrigerante de tu coche recoge datos sobre la temperatura del agua de refrigeración y, por tanto, del propio motor. Como sabes, el refrigerante es necesario para mantener la temperatura del motor estable. En casos extremos, el sobrecalentamiento puede causar daños irreparables en el motor. Los datos de temperatura recogidos por el sensor no sólo se muestran al conductor en el salpicadero. También se transmiten al sistema de gestión del motor, que necesita estos datos para medir correctamente el tiempo de combustible y de ignición. El sensor de temperatura del refrigerante está situado en las inmediaciones del circuito de refrigeración. Normalmente se integra en la línea de suministro de refrigerante en la cabeza del cilindro.
La sustitución se realiza siempre que el sensor ya no pueda medir la temperatura correctamente. Las razones de esto pueden ser la corrosión u otro tipo de desgaste, que cambia las propiedades eléctricas como la resistencia en el sensor. También debes cambiar el sensor de temperatura del refrigerante después de un sobrecalentamiento severo del motor, porque entonces también se pueden producir fallos en su función.
El sensor de temperatura del refrigerante está en constante contacto con el refrigerante y por lo tanto está expuesto a la presión del agua, los cambios de temperatura y la corrosión. El sensor de temperatura de refrigerante es un componente electrónico cuyas propiedades eléctricas pueden verse afectadas negativamente por estas tensiones a lo largo del tiempo.
Este es el problema básico cuando se comprueba la funcionalidad de un sensor. Si recibes notificaciones por parte del sensor de refrigerante, la razón puede ser que realmente haya un problema o que se haya producido un mal funcionamiento del sensor. Hay una serie de signos que pueden indicar un posible fallo en el sensor de temperatura del refrigerante. Sin embargo, muchas de estas indicaciones pueden tener otras razones, que deben ser investigadas por ti mismo o el taller. Los signos más comunes de tal mal funcionamiento de un sensor de refrigerante son los siguientes:
En todos los modelos, primero debes dejar que el motor y el refrigerante se enfríen completamente antes de trabajar en el sistema de refrigeración. Entonces lo primero que hay que hacer es acceder al sensor de temperatura del refrigerante. Esto implica quitar la cubierta del motor y, según el modelo, el colector de admisión. Luego se retira el cable de conexión del sensor de temperatura del refrigerante antes de poder retirarlo. Asegúrate de que el refrigerante pueda filtrarse durante este proceso. Puede que se necesiten herramientas especiales para quitar el sensor en algunos modelos de coches. A veces basta con limpiar cuidadosamente el sensor de temperatura del refrigerante y luego reinsertarlo. En cualquier caso, es importante que el sensor esté bien sellado durante la instalación para evitar la pérdida de refrigerante.
Comprueba regularmente que hay suficiente refrigerante en el sistema y mantén los intervalos de mantenimiento de su coche.
En las cargas mencionadas, el valor estándar para la vida del sensor de temperatura del refrigerante es de aproximadamente tres años. Una revisión del sensor debería ser parte del mantenimiento regular de su coche. Si una prueba de las características eléctricas del sensor revela un problema, tu taller lo reemplazará antes de que se produzcan problemas como los ya mencionados.
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