Válvula de escape para todos los vehículos

Función de la válvula de escape

La válvula de escape forma parte del sistema de control de las válvulas del motor. Estas controlan las válvulas y, por lo tanto, también el intercambio de carga, abriendo y cerrando los conductos de entrada y salida de aire del motor. Con algunas excepciones, este sistema se utiliza en casi todos los motores de cuatro tiempos. Durante los cuatro ciclos de un ciclo de trabajo, se utilizan como componentes tanto la válvula de admisión como la de escape. Esta pieza consiste en un disco de válvula que sella el canal de entrada o de salida contra el asiento de la válvula en la culata.

Debe tenerse en cuenta que la válvula de escape es precisa y está fabricada con materiales de la más alta calidad para soportar las más altas temperaturas y fuerzas durante la operación. Por esta razón, los motores que están expuestos a cargas especialmente elevadas están equipados incluso con válvulas recubiertas de aleaciones especiales de carburo. Para asegurar una refrigeración óptima de las válvulas de escape, a menudo tienen un eje hueco lleno de sodio.

¿Son iguales las válvulas de admisión que las de escape?

Ten en cuenta que las válvulas están situadas en la tapa de cilindros. Si observamos una tapa de cilindros, se puede percibir que el diámetro de la válvula de admisión (a través de la cual entra la mezcla) es mayor que la de escape (por donde salen los gases).

Entre otras razones, las válvulas de admisión y las de escape son diferentes porque tienen que soportar diferentes temperaturas. En el caso de las válvulas de escape, en torno a 700ºC, mientras que las válvulas de admisión tienen que hacer frente a temperaturas de unos 200ºC.

Diagnóstico y síntomas de avería de las válvulas de escape

Debido a las altas temperaturas y cargas, puede ocurrir que con el paso de los kilómetros la válvula de escape se rompa o simplemente se queme debido a una holgura incorrecta de la válvula. Como consecuencia de una válvula de escape rota, pueden producirse errores en la gestión del motor, la inyección y la ignición. Si la válvula de escape está dañada, no apoya bien y, por tanto se fugan las gases. Un escape en buenas condiciones facilita que lo que tiene que salir del motor (gases) lo haga cuando corresponde.

Los síntomas de las válvulas de admisión y escape defectuosas son desde ruidos hasta el fallo total del motor. En muchos casos, es prácticamente imposible hacer un diagnóstico exacto de la válvula de escape sin desmontar la culata. Una correa dentada o cadena de distribución defectuosa también puede dañar la válvula de admisión y escape, ya que, en este caso, las válvulas golpean el pistón y se doblan.

Instalación de válvulas de escape

Si se confirma la sospecha de que una válvula de entrada o de admisión está dañada, se debe realizar una comprobación minuciosa antes de cualquier reparación para determinar si otras partes del sistema de control de la válvula o del motor han resultado dañadas. Después de una rotura de la correa dentada o de la cadena de distribución, no sólo las válvulas se ven afectadas, sino que, en el peor de los casos, se necesita una culata nueva o un motor de repuesto. La instalación o reparación de las válvulas de escape debe realizada por un especialista, ya que requiere un amplio conocimiento de la mecánica y experiencia.